Disociación y trauma. Un abordaje desde la psicología integradora y EMDR

face 66317 1280

Comprendiendo la disociación y el trauma

La disociación es un proceso psicológico mediante el cual una persona se desconecta de sus pensamientos, sentimientos, recuerdos o identidad. Este fenómeno a menudo está relacionado con experiencias traumáticas, ya que el trauma puede ser tan abrumador que el individuo puede optar por disociarse como un mecanismo de defensa. Al enfrentar situaciones intensas, la mente puede crear una separación entre los eventos vividos y la percepción consciente, lo cual permite a la persona sobrellevar la angustia emocional.

Existen distintos tipos de disociación, que se clasifican en disociación primaria y secundaria. La disociación primaria incluye fenómenos como la despersonalización y la desrealización. En el caso de la despersonalización, el individuo siente que está observando su vida desde fuera de su cuerpo, mientras que en la desrealización, la percepción del mundo exterior puede parecer irreal o distante. Por otro lado, la disociación secundaria puede involucrar episodios de amnesia, en los que el individuo no puede recordar información personal relevante, frecuentemente asociada a eventos traumáticos.

Los síntomas de la disociación pueden impactar gravemente la vida cotidiana. Los pacientes a menudo reportan problemas de concentración, sensación de conflicto interno y dificultades en las relaciones interpersonales. Estas respuestas disociativas pueden manifestarse en forma de ansiedad, depresión o incluso trastornos de identidad. En entornos terapéuticos, el reconocimiento de la disociación y su vínculo con el trauma es esencial para ayudar a los individuos a reconstruir sus narrativas personales, permitiéndoles procesar el trauma y disminuir las respuestas disociativas. A medida que se comprende la naturaleza compleja de este fenómeno, se hace evidente su importancia en el tratamiento de personas que han pasado por experiencias traumáticas significativas.

Psicología Integradora: Un enfoque holístico

La psicología integradora se presenta como un enfoque significativo en la comprensión y el tratamiento de problemas psicológicos, como la disociación y el trauma. Este modelo se caracteriza por su visión holística, que reconoce la interconexión entre los aspectos emocionales, cognitivos y físicos del ser humano. Al integrar múltiples disciplinas y técnicas, la psicología integradora busca abordar las necesidades singulares de cada paciente, creando un tratamiento personalizado que fomente la sanación efectiva.

En la práctica, la psicología integradora emplea diversas metodologías que pueden incluir la terapia cognitivo-conductual, la terapia centrada en la emoción, y técnicas somáticas entre otras. Cada una de estas aproximaciones aporta distintas herramientas que permiten a los terapeutas adaptarse a las características únicas de los pacientes. Por ejemplo, en el contexto del tratamiento de la disociación, un enfoque integrador puede ayudar a los individuos a reconectar con sus emociones y experiencias a través de prácticas que les permitan explorar su historia personal de manera segura y profunda.

Un aspecto fundamental en la psicología integradora es la creación de un ambiente terapéutico seguro y receptivo. La confianza es crucial para que los pacientes se sientan cómodos al compartir sus experiencias traumáticas. Esto implica establecer una relación terapéutica basada en la empatía, la aceptación y el respeto. A través de esta alianza, los terapeutas fomentan un espacio donde los pacientes pueden confrontar y procesar el trauma, promoviendo así una recuperación más efectiva y duradera.

Finalmente, es importante señalar que la psicología integradora no solo atiende los síntomas inmediatos de la disociación y el trauma, sino que también trabaja hacia la integración de la experiencia del individuo, buscando una comprensión más profunda y completa de su historia personal. Esta aproximación holística se configura como una opción valiosa en el ámbito de la salud mental.

EMDR como herramienta terapéutica eficaz

La terapia EMDR, que significa Desensibilización y Reprocesamiento por Movimiento Ocular, se ha consolidado como un enfoque terapéutico altamente eficaz para el tratamiento de la disociación y el trauma. Este método, desarrollado por Francine Shapiro en la década de 1980, permite a los pacientes procesar y superar experiencias traumáticas a través de un sistema de bilateralidad que involucra movimientos oculares. En este contexto, EMDR trabaja activamente en la reconsolidación de recuerdos perturbadores, facilitando su integración en la memoria de manera saludable.

El proceso de EMDR se divide en ocho fases distintas: la historia del caso, preparación, evaluación, desensibilización, instalación, realización de exploraciones corporales, cierre, y re-evaluación. Durante la fase de desensibilización, el terapeuta guía al paciente a recordar un evento traumático mientras se realiza un movimiento ocular bilateral, lo que ayuda a reducir la carga emocional asociada a esos recuerdos. Este enfoque permite que el paciente reprocese sus emociones y, en muchos casos, altere la percepción que tiene sobre el evento traumático.

Numerosos estudios respaldan la eficacia de EMDR, mostrando una significativa reducción en los síntomas de estrés post-traumático (TEPT) y otros trastornos relacionados con la disociación. En un metaanálisis realizado por la Asociación Americana de Psicología, EMDR obtuvo calificaciones altas en comparación con tratamientos convencionales, evidenciando su capacidad para proporcionar alivio a corto y largo plazo. Además, se han documentado casos clínicos donde los pacientes han experimentado transformaciones profundas tras aplicar la terapia EMDR, destacando su potencial en contextos clínicos complejos.

Sin embargo, es importante considerar que la aplicación de EMDR debe ser realizada por profesionales capacitados, quienes pueden adaptar el tratamiento a las necesidades particulares del paciente, asegurando un ambiente seguro y de apoyo durante todo el proceso terapéutico. Así, la terapia EMDR no solo se presenta como una técnica valiosa, sino como una herramienta integral en el abordaje del trauma y la disociación.

Referencias bibliográficas y conclusiones

La disociación y el trauma son temas de creciente interés en la psicología moderna, sobre todo en el contexto de las terapias integradoras y EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimiento Ocular). Los estudios realizados en esta área han ampliado significativamente nuestra comprensión de los mecanismos subyacentes a estas condiciones y han validado diversas técnicas que se utilizan en su tratamiento. A continuación, se presentan algunas referencias bibliográficas relevantes que pueden servir como base para una investigación más profunda.

Entre las obras consultadas se encuentran a autores como van der Kolk (2014), quien en «The Body Keeps the Score» explora el impacto del trauma en el cuerpo y la mente, y alinea a la disociación con diversas experiencias traumáticas. Asimismo, Foa, Hembree y Rothbaum (2007) en «Emotion Regulation, Trauma, and PTSD» proporcionan una visión integral de cómo las emociones y sus regulaciones juegan un papel crucial en los trastornos relacionados con el trauma. Esta conexión sugiere que un enfoque multidisciplinario puede ser beneficioso para abordar la disociación.

La literatura actual enfatiza la necesidad de validación empírica en las técnicas terapéuticas, incluyendo EMDR, cuyo uso ha mostrado resultados prometedores en la reducción de síntomas de trauma y disociación, como respaldan múltiples estudios (Shapiro, 2001). Este respaldo científico destaca la importancia de entender la disociación no solo desde un punto de vista clínico, sino también como un fenómeno psicológico que requiere un abordaje integrador y consciente.

En conclusión, al considerar la disociación y el trauma, resulta esencial adoptar un enfoque que contemple tanto los aspectos emocionales como físicos de estas experiencias. Navegar por esta complejidad puede ofrecer nuevos caminos para la sanación, enfatizando la relevancia de la investigación y la práctica en el campo de la psicología.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Información básica sobre protección de datos Ver más

  • Responsable: Antonio David Palomo Dengra.
  • Finalidad:  Moderar los comentarios.
  • Legitimación:  Por consentimiento del interesado.
  • Destinatarios y encargados de tratamiento:  No se ceden o comunican datos a terceros para prestar este servicio. El Titular ha contratado los servicios de alojamiento web a Hostinger que actúa como encargado de tratamiento.
  • Derechos: Acceder, rectificar y suprimir los datos.
  • Información Adicional: Puede consultar la información detallada en la Política de Privacidad.

Scroll al inicio
Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.   
Privacidad